„Conocí de manera directa dos genocidios: la Shoah y la dictadura en Argentina“, comienza relatando Vera Jarach en el documental que narra su vida dirigido por la argentina Manuela Irianni.
Vera tiene 92 años, es Madre de Plaza de Mayo*, italiana y judía. Exiliada en Argentina en 1939 a sus 11 años huyendo de las leyes raciales fascistas de Italia. Su abuelo decide permanecer en Italia y muere asesinado en Auschwitz. Tras radicarse en Argentina, en 1976 su hija Franca Jarach fue secuestrada, torturada y luego asesinada por la dictadura cívico-militar que gobernaba en Argentina. Su cuerpo aún se encuentra desaparecido.
“Decidí contar la historia de Vera porque me parece que los genocidios tienen un carácter universal. Más allá de sus particularidades históricas, creo que tienen un carácter común. Que su biografía estuviera atravesada por tres genocidios – porque de chica ella también escuchaba relatos y tenía referencias sobre el genocidio armenio – a mí me parece que da cuenta de este carácter universal que tienen los mismos”, nos cuenta Irianni.
No hay tumba donde visitar ni a su abuelo ni a su hija. “Son analogías, la historia se repite, a veces en las cosas buenas y a veces en las tragedias”, le dice Vera a Angela Merkel durante la visita de la canciller alemana al Parque de la Memoria en Buenos Aires en 2017. “Sentí que ese encuentro con Merkel fue una síntesis donde convergieron todas sus luchas y me conmovió profundamente”, señala Irianni. “Ese momento me terminó de decidir que quería hacer esta película sobre su vida”.
La historia de Vera no es la única en ser contada en la película. La directora entrelaza la narración de la vida de Vera con testimonios de madres que sufrieron la desaparición de sus hijos por parte del Estado en plena democracia en Argentina y con relatos de migrantes y refugiados contemporáneos que también se vieron forzados a abandonar sus países. “Que el relato de Vera nos sirva como puente para darle voz y espacio a los testimonios de migrantes de hoy en día me parece fundamental”, explica la directora. “Las historias cobran una dimensión mucho más profunda cuando las conectamos con el presente. Sobre todo cuando hay patrones que se siguen repitiendo. Así como Vera tuvo que migrar a fines de la década del ’30, hoy en día la migración es una de las mayores problemáticas que tenemos a nivel global”, plantea Irianni.
“Vera, nunca más el silencio” nos recuerda que las injusticias, el odio y la violencia siguen existiendo. Y ante esto nos llama a actuar, a no quedarnos callados e indiferentes. Como dice Vera: “El miedo se debe enfrentar moviéndose (…) cuando estoy acá digo ‘soy una militante de la memoria’ porque así me entienden, cuando estoy en Italia uso una palabra que me gusta muchísimo más que la palabra ‘militar’, porque esa palabra mucho no me puede gustar, entonces ahí digo: ‘soy una partigiana de la memoria’, y ahí tiene otro significado, quiere decir, participar, tomar parte.”
* Las Madres de Plaza de Mayo es una asociación integrada por madres reunidas en la búsqueda de verdad, memoria y justicia por la desaparición forzada de sus hijos a manos del Estado argentino, durante la última dictadura militar en Argentina (1976-1983).