Desde el exterior se tiende a pensar que, en un país como Suiza, las mujeres tienen todo resuelto. Sin embargo, en el país de los derechos humanos, la violencia contra las mujeres sigue siendo tan estructural como en otros lugares. Así quedó demostrado el pasado 14 de junio cuando se llevó a cabo el Frauenstreik (Huelga de Mujeres) en donde más de medio millón de mujeres salieron a las calles en un hecho sin precedentes en Suiza. Las mujeres salieron a marchar por la desigualdad y la violencia estructural que enfrentan en el país.
De manera generalizada se habla acerca de la violencia contra la mujer y las niñas, sus alcances y desafíos. Se han logrado incluso avances que merecen ser reconocidos en este aspecto, aunque la brecha para garantizar la eliminación de la violencia contra las mujeres aún sigue representando un reto para la sociedad, especialmente en materia de reconocimiento y aplicación de derechos. Sin embargo, es poco o más bien nada, lo que se conoce con respecto a la violencia que sufren las mujeres mayores, es decir, aquellas que se encuentran entre los 60 y 75 años de edad. Para las mujeres mayores, sigue siendo un desafío hablar de sus derechos y de la violencia a la que se enfrentan.
Desde hace 12 años el CFD lleva a cabo la campaña 16 Tage gegen Gewalt an Frauen* – 16 días en contra de la violencia contra las mujeres- que para este año, ha tenido como foco temático la “Violencia en contra de las mujeres mayores”. Los problemas relacionados a la violencia que deben enfrentar las mujeres mayores van desde la violencia física y sicológica por parte de sus cuidadores en el hogar y por parte de la institucionalidad, hasta la estigmatización.
Según fuentes de la campaña 16 Días, la violencia estructural se manifiesta en los bajos ingresos obtenidos por las mujeres en comparación con los hombres. La llamada brecha de pensiones de género de Suiza es del 37%. Las mujeres se ven así más afectadas por la pobreza en la vejez. Especialmente después de un divorcio, aunque a menudo han dedicado toda su vida a la atención familiar y al trabajo de apoyo no remunerado llamado trabajo de cuidado.
Marianne Högstedt, Presidente de CFD – Die Feministische Friedensorganisation, La Organización Feminista de Paz por sus siglas en alemán, considera además que la sexualidad en mujeres mayores es un Tabú que hace aún más difícil hablar abiertamente sobre violencia sexualizada para las mujeres mayores. Esos mismos tabúes son los que crean estereotipos sobre las mujeres mayores como el de la “buena abuela ama de casa”, o de la belleza sexualizada vinculada exclusivamente a la juventud.
Por su parte, Bea Heim, Consejera Nacional, considera que la violencia hacia personas mayores proviene de las estructuras patriarcales establecidas, las cuales deben ser cambiadas, para lo cual se necesita desarrollar un plan nacional de acción en contra de la violencia en adultos mayores, que permita garantizar la construcción de una sociedad para todas las edades.
Factores de Riesgo para las Mujeres Mayores
De acuerdo a la OIM – La Organización Internacional para las Migraciones, los factores de riesgo son aquellos rasgos, características o exposiciones de un individuo que aumentan su probabilidad de sufrir una enfermedad o lesión. En este sentido, Ruth Mettler Ernst, jefa de la Oficina Independiente de Quejas para Personas Mayores, considera que el miedo a estar a merced de la vejez debido a dolencias físicas, enfermedades o demencia es omnipresente. Por otra parte, según un informe de WHO Europa (2011) un 20% de personas mayores de 60 años, sufren de malos tratos de forma estructural, psíquica, económica, sexual, médica y física, lo cual en su conjunto deriva en graves violaciones a los derechos humanos.
